La creación del mundo según los egipcios.

Antes de la aparición de los dioses sólo existía un oscuro abismo acuoso, el Nun, cuyas caóticas energías contenían la forma potencial e todos los seres vivos. El espíritu del creador estaba presente en estas aguas primigenias, pero no había un lugar en el que pudiera cobrar vida. La gran serpiente Apep o Apofis encarnaba las fuerzas destructivas del caos.
El acontecimiento que señaló el inicio de los tiempos fue la emergencia de la primera tierra, que salió de las aguas del Nun y proporcionó un soporte a la primera deidad. En algunos casos, adoptaba la forma de un ave, una garza o una aguzanieves, que se posaba sobre el montículo de tierra primordial. La primera deidad estaba dotada de varias potencias divinas, como Hu (palabra autorizada), Sia (percepción) y Heka (magia). Valiéndose de estas potencias, transformó el caos en orden, orden divino personificado por la diosa Maat, hija del dios del sol. El término Maat significa asimismo justicia, verdad y armonía. El orden divino corría constante peligro de disolverse en el caos del que había nacido.
La primera deidad tomó conciencia de su soledad y creó a dioses y hombres a su imagen y semejanza, y un mundo para que lo poblaran. Según el mito, los dioses proceden del sudor del dios del sol y los seres humanos de sus lágrimas. Por lo general, el poder creativo se vincula con el sol, aunque existen varias deidades a las que se considera creadores (Amón-Ra, Atón, Khnum, Ptah). En el templo del dios del sol en Heliópolis, el ave Benu era la primera deidad; representada en forma de garza, la radiante ave era una manifestación del dios creador del sol y llevó la luz a la oscuridad del caos. Cuando se posó en la tierra primordial, emitió un grito, el primer sonido.

miércoles, 19 de enero de 2011

El Juicio de Osiris

Archivo:Egypt dauingevekten.jpg

El juicio de Osiris es el acontecimiento más importante y trascendental para el difunto, dentro del conjunto de creencias de la mitología egipcia.
En la Duat, el espíritu del fallecido era guiado por el dios Anubis ante el tribunal de Osiris. Anubis extraía mágicamente el Ib (el corazón, que representa la conciencia y moralidad) y lo depositaba sobre uno de los dos platillos de una balanza. El Ib era contrapesado con la pluma de Maat (símbolo de la Verdad y la Justicia Universal), situada en el otro platillo.
Mientras, un jurado compuesto por dioses les formulaban preguntas a cerca de su conducta pasada, y dependiendo de sus respuestas el corazón disminuía o aumentaba de peso. Thot, actuando como escriba, anotaba los resultados y los entregaba a Osiris.

                                     SENTENCIA

Al final del juicio, Osiris dictaba sentencia:
Si esta era afirmativa su Ka y su Ba podían ir a encontrarse con la momia, conformar el Aj y vivir eternamente en el Aaru (El Paraíso en la mitología egipcia).
Pero si el veredicto era negativo, su Ib era arrojado a Ammit, la devoradora de los muertos (un ser con cabeza de cocodrilo, melena, torso y brazos de león y piernas de hipopótamo), que acababa con él. Esto se denominaba la segunda muerte y suponía para el difunto el final de su condición de inmortal; aquella persona dejaba de existir para la historia de Egipto.

                                                        LA JUSTIFICACIÓN
El término "justificado" o "con justa voz" designa la condición del difunto que pasa con éxito la prueba del juicio ante el tribunal de Osiris. Esta escena llamada por los traductores griegos "psicostasis" o "pesaje del alma" constituye el capítulo 125 del Libro de los Muertos, más exactamente llamado "libro para salir al día" del egipcio r n prt m xru.
El difunto tenía que cumplir varios requisitos para que este veredicto fuera favorable: sólo lo merecía aquél que podía presentar una conducta intachable. Las oraciones del Libro de los Muertos, además de servir para mostrar a los dioses un relato de vida sin faltas, eran una propuesta de comportamiento moral:
“No he cometido iniquidad respecto de los hombres; no he matado a ninguno de mis parientes; no he mentido en lugar de decir la verdad; no tengo conciencia de ninguna traición; no he hecho mal alguno; a nadie he causado sufrimiento; no he sustraído las ofrendas a los dioses...”

2 comentarios:

  1. Te va quedando muy bonito tu blog, y es para leerlo todo. Muy interesante guapo.

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  2. Veo que estás descansando y no escribes últimamente. No dejes este blog que a muchos le gusta el mundo Egipcio. Ánimo continúa. Un abrazo.

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