La creación del mundo según los egipcios.

Antes de la aparición de los dioses sólo existía un oscuro abismo acuoso, el Nun, cuyas caóticas energías contenían la forma potencial e todos los seres vivos. El espíritu del creador estaba presente en estas aguas primigenias, pero no había un lugar en el que pudiera cobrar vida. La gran serpiente Apep o Apofis encarnaba las fuerzas destructivas del caos.
El acontecimiento que señaló el inicio de los tiempos fue la emergencia de la primera tierra, que salió de las aguas del Nun y proporcionó un soporte a la primera deidad. En algunos casos, adoptaba la forma de un ave, una garza o una aguzanieves, que se posaba sobre el montículo de tierra primordial. La primera deidad estaba dotada de varias potencias divinas, como Hu (palabra autorizada), Sia (percepción) y Heka (magia). Valiéndose de estas potencias, transformó el caos en orden, orden divino personificado por la diosa Maat, hija del dios del sol. El término Maat significa asimismo justicia, verdad y armonía. El orden divino corría constante peligro de disolverse en el caos del que había nacido.
La primera deidad tomó conciencia de su soledad y creó a dioses y hombres a su imagen y semejanza, y un mundo para que lo poblaran. Según el mito, los dioses proceden del sudor del dios del sol y los seres humanos de sus lágrimas. Por lo general, el poder creativo se vincula con el sol, aunque existen varias deidades a las que se considera creadores (Amón-Ra, Atón, Khnum, Ptah). En el templo del dios del sol en Heliópolis, el ave Benu era la primera deidad; representada en forma de garza, la radiante ave era una manifestación del dios creador del sol y llevó la luz a la oscuridad del caos. Cuando se posó en la tierra primordial, emitió un grito, el primer sonido.

jueves, 30 de diciembre de 2010

Nut y Geb

Nut era la diosa Egipcia del cielo. Ella era representada como una mujer gigante desnuda, que sostenía al cielo con su espalda. Su cuerpo era azul y cubierto con estrellas. Los documentos antiguos describen como cada noche el Sol entraba por la boca de Nut y pasando por su cuerpo nacía cada mañana de su matriz. De acuerdo a una leyenda Egipcia, Nut se casó con su hermano, el dios de la Tierra Geb, sin permiso de Ra el poderoso dios del Sol. Re estaba tan enojado con Nut y Geb que forzó al padre de ellos, Shu, el dios del aire, a separarlos. Es por esto que la Tierra está separada del cielo. Más aún, Re prohibió que Nut pudiera tener hijos en cualquier mes del año. Pero, afortunadamente, Thoth, el escribano divino, decidió ayudarla. Hizo que la Luna se decidiera a jugar un juego de sorteo donde el premio era la luz de la Luna. Thoth ganó tanta luz que la Luna tuvo que agregar cinco días más al calendario oficial. Por esto, Nut y Geb pudieron tener finalmente cuatro hijos: Osiris, Seth, Isis, Nephthys.

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